23/09/2023

A Ultranza PY: Así habrían logrado traficar miles de kilos de cocaína a Europa y disfrazar las ganancias obtenidas

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Conozca los orígenes de la banda y la manera en que se logró traficar enormes cargas de cocaína a Europa y África desde Paraguay, estructura que fue desarticulada en el marco del caso A Ultranza Py, uno de los operativos más grandes en la lucha contra el narcotráfico de la última década.

Los primeros acusados por Tráfico de droga, lavado de activos y Asociación Criminal en este caso, para quienes el fiscal Deny Yoon Pak pide juicio oral y público, son: 

  1. Luis Fernando Sebriano González, alias “Sipri”
  2. Conrado Ramón Insfran Villar,
  3. Diego José Cubas Jordan
  4. Job Von Zastrow Masi, “Popi”
  5. José Enrique Gamarra Villalba, con apodo “Pino’i”
  6. Juan Carlos Ozorio Godoy, exdiputado colorado 
  7. Liz Fabiola Taboada Gamarra
  8. Alexis Vidal Gonzalez Zárate
  9. Irma Vergara, alias Menchy
  10. Tadeo Moises Gonzalez Zárate
  11. Reina Mercedes Duarte Aguilera, con sobrenombre “Merchi”
  12. Fátima Irene Koube Ayala
  13. María Noelia Colmán Alarcón
  14. Alberto Koube Ayala, sin apodo

LOS INICIOS

Entre el 2020 y 2021, varias organizaciones criminales se juntaron en el territorio nacional para el tráfico internacional de cargas de clorhidrato cocaína y el lavado de los activos obtenidos en consecuencia, mediante constitución y adquisición de empresas destinadas para tal fin, igualmente compras de bienes (muebles, inmuebles y semovientes) tanto a nombre de personas físicas, también de personas jurídicas.

Se trató de la fusión entre el grupo criminal liderado por Sebastián Marset y el núcleo de la familia Insfran y gente de su confianza, cuyo encargado de acordar con Marset fue Miguel Ángel Insfran Galeano, alias “Tío Rico” y por último, se encuentra la facción criminal extranjera, específicamente de Bolivia, la cual se encargó de proveer la droga. 

Esta alianza de grupos criminales se dió luego de sucesivas reuniones mantenidas desde el año 2018, cuando Sebastián Marset ingresó oficialmente – por primera vez – a Paraguay el 8 de abril de 2018, a la 01:55, a través del Puente Internacional de la Amistad, con su documento de identidad uruguayo, proveniente de Brasil, tras haber recuperado su libertad por la condena recibida en su país de origen Uruguay por tráfico ilícito de estupefaciente y otros, cometido el 11 de octubre de 2013.

Sebastián Marset, el “empresario de arte y espectáculos” devoto de San Jorge

MODALIDAD DE TRABAJO  

Las cargas de droga provenientes de de Bolivia, eran bajadas en el establecimiento rural ubicado dentro de la Reversa Natural Cabrera – Timane, que forma parte del área silvestre protegida, la cual abarca una superficie de 125.061 hectáreas – 4274 m2, y que se encuentra en Bahía Negra, Departamento de Alto Paraguay, en inmediaciones de la localidad de Lagerenza, muy próxima a la línea fronteriza con Bolivia, dentro de la cual funciona una pista clandestina y un aeródromo.

El grupo ilícito asociado en Paraguay se encargaba de poner en marcha toda la estructura logística para transportar, mediante aeronaves con matrícula paraguaya, pilotada principalmente por el imputado Gilberto Sandoval, desde el mencionado establecimiento rural fronterizo, en el cual registra, aproximadamente, cantidad 961 vuelos, hasta otros establecimientos ubicados, entre otros, en la zona del Departamento de Presidente Hayes, entre los cuales se encuentra la «Estancia San Agustín», propiedad del imputado Hugo Manuel González Ramos, la cual fue utilizada por la organización criminal para aterrizar y acopiar la carga de cocaína dicho inmueble, en el cual el referido imputado registra, aproximadamente, la cantidad 741 frecuencias captadas por las antenas de las empresas telefónicas.

Asimismo, en la extensión de terrenos conectados o comprendidos dentro del establecimiento denominado “San Agustín”, se encontraba la edificación de una vivienda pintada de color rojo, con estructura metálica, con techo de chapa y ventanas con telas metálicas, con instalaciones de luz eléctrica, de radio tierra-aire, y en cuyo interior se encontraban, en una de las dependencias, 4 camas literas y una cama de 1 plaza, instalación aire acondicionado tipo split, y en la otra dependencia, 3camas; mientras que, en la parte exterior de la citada vivienda se encontraban4luces reflectores, de las cuales 3 tiene aspecto cilíndrico y uno rectangular, de color negro, con la inscripción ELEKTRON, utilizados para iluminar la pista no autorizada por la DINAC, con el objeto de que sirva de guía para el descenso de las aeronaves con cargas de droga, también se encontraron 1 bidón blanco de combustible y dos embudos con filtros de combustibles

Es decir, dentro de la extensión del inmueble del establecimiento denominado «San Agustín», se encontraban las infraestructuras necesarias para la organización criminal pueda realizar el trabajo de acopio de cargas de clorhidrato de cocaína, ya que existían hangares y pistas de aterrizajes, ambos no autorizados por la DINAC, incluso construcciones de pequeñas viviendas destinadas para el alojamiento de los integrantes del grupo ilícito, tanto del piloto encargado de realizar periódicamente el traslado de la droga desde la zona Lagerenza hasta el mencionado establecimiento rural, también de los alistados en tierra para descargar la droga, quienes mantenían comunicaciones entre sí, mediante radios tierra-aire, sobre todo para que los integrantes en tierra puedan encender las luces reflectores para guiar el descenso de las aeronaves pilotadas, principalmente por Gilberto Sandoval (imputado en rebeldía), quien precisamente asumió la función de trasladar hasta el referido lugar, la sustancia estupefaciente descargada en la zona fronteriza con Bolivia.

Es así que desde el mencionado establecimiento, la referida droga era nuevamente transportada, por una parte, vía terrestre, mediante vehículos automotores de gran porte, proveídos por Miguel Ángel Insfrán Galeano, mediante sus empresas El Porvenir S.A. —dedicada al rubro de metalúrgica—y Barakah S.R.L. —dedicada al rubro de transporte terrestre—, con los cuales se trasladaban la droga hasta los depósitos ubicados en el Departamento Central, en cuyos lugares se realizaban los trabajos de ocultar la cocaína dentro de las mercaderías lícitas que finalmente eran cargadas en contenedores, a los cuales identificaban —a los que llevaban la droga—con la expresión «premio o premiado», para posteriormente trasladarlos hasta el Puerto Seguro Fluvial de Villeta, desde el cual partieron hasta sus destinos finales, generalmente a países de Europa y África.

Por otra parte, también desde el citado establecimiento (San Agustín), una vez descargadas las cantidades necesarias de paquetes de clorhidrato de cocaína, Gilberto Sandoval pilotaba nuevamente las aeronaves utilizadas para el tráfico de drogas, con la ración separada de la carga de droga, para trasladar y descargar en el inmueble denominado «Estancia Agroganadera Nuevo Horizonte», ubicada en la ciudad de San Estanislao, del Departamento de San Pedro, propiedad —real—de Miguel Ángel Insfran Galeano, en la cual el imputado Gilberto Sandoval registra aproximadamente la cantidad de 524 frecuencias captadas por las antenas de las empresas telefónicas, ya que en el mencionado lugar también se encuentra una pista de aterrizaje de aeronave no autorizada por la DINAC y otra pista autorizada, denominada «Don Marcial», ubicada en la zona del casco principal, en el que se encuentran construidas un hangar y, a su lado, la vivienda principal utilizada por Miguel Insfrán; igualmente, varias construcciones de casas pequeñas, con similares características, en cuanto a sus diseños y colores, a las que se encuentran en la estancia denominada «San Agustín».

LAS EMPRESAS

Para las remesas de cargas de cocaína, Sebastián Marset y Miguel Insfrán contó con la participación de varias personas físicas, también de distintas empresas con perfiles adecuados que no despierten la sospecha de riesgo por parte de la administración de Aduanas, dedicadas precisamente al comercio internacional: 

 Maxigrains, mediante la cual se envió 1.071 (mil setenta y uno) kilogramos de cocaína, ocultas dentro de bolsas de Big Bag, que contenían harina de soja, transportadas en el interior de un  contenedor el cual partió desde el Puerto Seguro Fluvial de Villeta de nuestro país, con fecha de cumplimiento de embarque el 10 de marzo de 2020, y que fue descubierta el 23 de abril de 2020, por la Policía Federal Belga y la Aduana de Bélgica, en el Puerto de Amberes.

Artis S.A. mediante la cual se envió 1.131 kilogramos de cocaína, ocultas dentro de bolsas de Big Bag, que contenían harina de soja, transportada en un contenedor que partió desde el Puerto Seguro Fluvial de Villeta de nuestro país, con fecha de cumplimiento de embarque el 17 de abril de 2020, y descubierto el 18 de junio del año 2020, por la Policía Federal Belga y la Aduana de Bélgica, en el Puerto de Amberes.

Neumáticos Guairá S.A. mediante la cual fueron enviadas 10.964 kilogramos de cocaína, entre otros, con el logotipo de Bugatti y CNGE, ocultas dentro de una carga de cuero azul que se encontraba en el interior del contenedor el cual partió desde el Puerto Seguro Fluvial de Villeta y que fue descubierto el 02 de abril de 2021, por la Policía Federal Belga y la Aduana de Bélgica, en el Puerto de Amberes.

Estas tres primeras empresas son propiedad de Luis Fernando Sebriano González. 

Guaraní Business Import & Export S.A., mediante la cual se envió la cantidad 4.174 kilogramos de cocaína, con el logotipo de la marca “CORSO”, ocultas dentro de bolsas de Big Bags, con harina de soja, transportadas en el interior de contenedores, que al igual de los otros cargamentos partió de Villeta  y que fue descubierto en el puerto de Rotterdam, el 30 de octubre del mencionado año, por la policía de Países Bajos.

Sebastián Marset y Miguel Insfran, lograron remesar al exterior 17.340 kilogramos de cocaína, los cuales fueron interceptados por autoridades de los países europeos citados. 

LAS COMUNICACIONES 

La modalidad utilizada por la organización criminal unida en nuestro país consistió en que, por una parte, Sebastián Marset se encargaba de coordinar con los integrantes del grupo ilícito extranjero, desde los proveedores de la carga de droga (generalmente de Bolivia), hasta los compradores de la sustancia ilícita (generalmente del continente europeo, incluso africano).

En cuanto a la forma en la que los integrantes principales de la organización criminal unida en nuestro país, entre ellos Sebastián Marset y Miguel Ángel Insfran Galeano, coordinaban las actividades del tráfico internacional de droga era mediante comunicaciones, así denominadas, “encriptadas”, a través de sistemas de aplicaciones conocidas como “SKY ECC”, “LINE”, “SIGNAL”, etc., las cuales, de acuerdo a la experiencia, frecuentemente son utilizadas por grupos ilícitos como forma de precautelar sus conversaciones, ya que, según sus conocimientos, existiría la dificultad de intervenir dichas aplicaciones o, en caso de ser descubiertos, por complejidad que existiría para la extracción de su contenido.

A tal efecto, y en el caso de la aplicación SKY ECC, cada integrante del conjunto criminal tenía asignado pines y alias, con los cuales se identificaban entre sí, y bajo la regla establecida —según el acuerdo de voluntades colectivo—, tenían prohibidos mencionar sus nombres, para no dejar ningún tipo de registro. En tal sentido, Sebastián Marset utilizó, entre otros, los pines identificados como WXV5F7; MIGWVF; JPIKRN; etc., e interactuó bajo los alias OMELET; DOR;FAVO, etc. En el caso de Miguel Insfran, el citado utilizó, entre otros, los pines identificados como 9QTQT1; 6OPDXF, etc., e interactuó bajo los alias Macron ;Rally; Skoda, etc. Por su parte, Luis Sebriano utilizó, entre otros, los pines identificados como 95QRUQ y 8PZP8C, etc., e interactuó bajo el alias Flash.

CARGAS Y FORMAS DE PAGO

Con relación al tipo de sustancia remitida al extranjero, generalmente a Europa y África, era clorhidrato de cocaína o pasta base, cuyas cargas, a los efectos de su identificación como perteneciente al grupo criminal, tenían asignadas marcas denominadas como: Aries, Box, Bugatti, CNGE, Corso, Fendi, Fenix, Infinito,Louis Vuitton, Maradona, Manchester, Mont Blanc, Pablo Escobar, Piña, Rolex,Sedex, Señor de los Cielos, KTM, Z 8, etc.; y otras directamente sin marca.

El precio de venta de la droga remesada era en moneda de dólares americanos, también Euros, cuya plata pasaba por varios países hasta ingresar a Paraguay, la cual, incluso era trasladada en avionetas provenientes de Bolivia, para la cual, otra vez, la Organización Criminal se valió del establecimiento rural con pista de aterrizaje no autorizada por la administración, ubicado en la zona fronteriza del Chaco paraguayo —Lagerenza—. 

La organización se valió de la tecnología y empleó la modalidad de TOKEN, con números, y a los efectos de su identificación, por parte del conjunto ilícito, dejaban inscritos en los billetes, entre otros, la denominación de PCU, siglas que precisamente Sebastián Marset tiene tatuada en la muñeca de su mano, también fecha, palabras, alias, signos, montos a ser transferidos, etc. También, utilizaron el sistema de operaciones mediante casas de cambios en los cuales realizaban depósitos, transferencias y retiro de dinero en efectivo.

Con relación al uso de TOKEN, la organización criminal enviaba el código de seguridad que representaba el monto de dinero a ser recibido como pago de la droga remesada, el cual (la plata) ya estaba mezclada en el sistema financiero, mediante transferencias electrónicas controladas por los intermediarios del grupo ilícito,encargados de entregar las ganancias correspondientes, previa deducción de los porcentajes en concepto de pago por comisión.

En cuanto a las ganancias que obtenían por cada remesa, el conjunto ilícito ofrecía cada paquete de clorhidrato de cocaína por el precio de 12.000 a 14.500 dólares americanos, y en la oportunidad de haber realizado la transacción para el envío de la cocaína a África, por ejemplo, lograron obtener la suma total de 18.429.500 dólares americanos. 

Sin embargo, en caso de ser el mercado europeo, el precio oscilaba entre 20.000 a 25.000 dólares americanos por cada kilogramo, lo que en este caso se estima como ganancia, únicamente de acuerdo a la cantidad de droga descubierta, total 17.340 kilogramos de cocaína, la suma total de 433.500.000 dólares. 

La distribución de las ganancias ilícitas obtenidas, también el pago a los integrantes de la organización criminal, se realizaba únicamente con autorización de Sebastián Marset, quien, junto a Miguel Insfran, llevaba el registro de la cantidad de droga enviada y el monto a percibir en consecuencia.

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