La Fiscalía Antidrogas presentó acusación y pide juicio oral para miembros del “Clan Rotela”, quienes se dedican a la adquisición, acopio, distribución y comercialización de sustancias estupefacientes, operando desde la ciudad de Asunción y Dpto. Central, una red de microtráfico a gran escala manejados por su líder, quien se encuentra recluido en el penal de Tacumbú. Los acusados a su vez tuvieron la facultad de disposición de gran cantidad de estupefacientes, como así también, armas de fuego y dinero en efectivo de altas denominaciones, extremo ampliamente corroborado por las escuchas telefónicas incidas desde el mes de enero del 2021; como así también, las evidencias que fueron halladas el día 10 de setiembre del 2021, en los diversos inmueble allanados a raíz de las informaciones colectadas en las mencionadas escuchas telefónicas, por lo que los mismos fueron detenidos.
Esquema de organización
Líder, Armando Javier Rotela Ayala, actualmente guardando reclusión en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, condenado por causas que guardan relación con Hechos Punibles relacionados a la Ley 1340/88 y su modificatoria y otros hechos punibles de gran importancia. Conforme al análisis de las comunicaciones mantenidas entre el objetivo y sus interlocutores, se encontraría operando de manera continua, aun estando privado de su libertad, con el tráfico y comercialización de sustancias ilícitas, tanto dentro como fuera de la cárcel. En el interior de la penitenciaria, contaría con el apoyo de guardia cárceles o agentes penitenciarios, quienes facilitarían la introducción de sustancias estupefacientes, las cuales serían entregadas a los mismos por parte de terceras personas, en lugares coordinados con anterioridad, las que serían comercializadas consecuentemente. Se sospecha que los mismos facilitarían la introducción de armas de fuego y municiones a cambio de algún beneficio económico. Así también estos agentes, en ocasiones recibirían órdenes para no registrar los datos de ciertas visitas en los libros correspondientes o para que no se les realice la respectiva verificación corporal, a modo de facilitar la introducción de cualquier objeto prohibido. La coordinación de la adquisición de las sustancias estupefacientes, fueron realizadas por Armando Rotela, quien delegaba la responsabilidad de la recepción de las mismas a sus encargados, quienes fueron identificados Juan Javier Rodas Roman alias “Picholi” y Vicente Ignacio Chase Lauseker alias “Peko”. Estas sustancias estupefacientes fueron depositadas en los puntos de acopio, y la distribución de las mismas las realizaban previa autorización del líder de la organización. Cabe resaltar que, se han interceptado comunicaciones en las que hacen referencia a un procedimiento llevado a cabo por la dependencia policial, en el Dpto. de Alto Paraná, en donde fueran incautadas, una aeronave con matrícula boliviana, sustancias estupefacientes, un piloto y su acompañante, ambos de nacionalidad Boliviana, haciendo referencia a los mismos como “paisanos” y que vienen de allí, de Santa Cruz de la Sierra, por lo que, se presume que las sustancias estupefacientes adquiridas por la Facción criminal “Clan Rotela”, serian procedentes del Estado Plurinacional de Bolivia, sin descartar otros orígenes.
Vicente Ignacio Chase Laukaser: alias “Peko” o “Petizo”, sería el encargado de recibir las sustancias estupefacientes adquiridas por el líder de la organización, depositarlas en los puntos de acopio destinados para el ocultamiento y su posterior distribución y/o comercialización. Se lo considera uno de los principales intermediarios con los “proveedores” de droga, quienes transportan las sustancias estupefacientes en vehículos adaptados y/o modificados para el ocultamiento de las drogas, cuya modalidad es considerada “doble fondo”. Vicente Chase seria el encargado de un depósito o centro de acopio de sustancias, que funcionaria en una vivienda particular, alquilada por terceras personas, lugar que seria arrendado por un tiempo determinado, en donde el mismo residiría junto a su pareja sentimental e hijos a fin de evitar levantar sospechas de las actividades ilícitas que se realizan en el lugar.
Juan Javier Rodas Román alias “PICHOLI”: seria la mano derecha y hombre de confianza de Armando Rotela. Conforme a las comunicaciones mantenidas entre Armando Rotela y Juan Rodas, se iene que este último sería el encargado de verificar, controlar y confirmar la correcta distribución de las sustancias estupefacientes a otros proveedores de la zona céntrica, quienes deben realizar el pedido o tener la autorización del líder de la organización, para el retiro de esas sustancias desde el centro de acopio o en algún otro punto coordinado previamente. Juan Rodas seria el encargado de realizar el balance financiero o “arreglo” en forma directa con Armando Rotela, donde ambos mantendrían registros físicos, a fin de cotejar los datos. En dichas anotaciones se encontrarían especificadas cantidades de sustancias estupefacientes entregadas a diferentes distribuidores de drogas, quienes se instalarían en diferentes zonas de la capital y el Dpto. Central, así como la cantidad de dinero correspondiente a la comercialización de las mismas. Juan Rodas, realizaría además la comercialización al menudeo de sustancias estupefacientes, operando desde la zona conocida como San Felipe – Ricardo Brugada, en colaboración con una persona identificada con el alias de “Tingui”, quien fungiría como “secretario” del mismo, o en su defecto, utilizaría a su hija de 15 años, para ayudarlo en la distribución de las sustancias, para lo cual, entregaría su aparato telefónico a la misma a fin de que esta pueda despachar los pedidos que recibe vía mensajes o llamadas telefónicas.
Christian Mario Martínez Medina: Sería operador logístico y encargado del traslado e introducción de las sustancias ilícitas solicitadas por el líder de la banda criminal, como así también subordinado directo de Armando Rotela, el cual, usufructuando su cardo de Guardia Penitenciario, tenía la posibilidad de ingresar y salir sin mucho control de la Penitenciaria Nacional de Asunción “Tacumbu”, el cual el mismo tenía control y dominio de varios actos dentro de la Penitenciaria. Christian Mario Martínez, en fecha 2 de setiembre de 2021, siendo las 21:22 horas, en la vía pública, sobre las calles Parapiti esquina Manuel Ortiz Guerrero de la ciudad de Asunción, se encontró en posesión de 2000 gramos de supuesta cocaína distribuida en dos paquetes; y 2.000 gramos de cocaína tipo crack distribuida en dos panes, las cuales eran para la introducción a la Penitenciaria Nacional.
Carmen Carolina Ortiz Figueredo: pareja sentimental de Vicente Chase alias Peko, con quien tiene dos hijos en común, ambos menores de edad que conviven con sus padres. Carmen junto con Vicente Chase y sus hijos, habitarían la vivienda que funciona como depósito o centro de acopio de sustancias estupefacientes, igualmente realizaría la distribución de drogas en ausencia y por expresas instrucciones de Vicente Ignacio Chase Lauseker alias Peko. Acompañaria a Vicente Ignacio Chase Lauseker alias Peko alias Peko en la entrega de sustancias ilícitas a fin de evitar sospechas y evadir controles que puedan existir en ruta.
Juana Isabel Cabrera González: alias “Chila”, pareja sentimental de Juan Rodas, se encargaría de recepcionar dinero producto de la comercialización de sustancias estupefacientes y del resguardo del mismo en la vivienda que compartiría con Juan Rodas en la zona de Zevallos Cue, además, realizaría la entrega de sustancias, con instrucciones previas de Juan Rodas, a su secretario alias Tingui.
Fredy Magdaleno Pérez Montiel: realizaría la comercialización al menudeo de sustancias estupefacientes, además actuaria de “garante” al momento de alquilar viviendas que funcionan como centro de acopio de sustancias estupefacientes y/o lugar de residencia de miembros del Clan Rotela.
Caros Damián Fernández González: conocido como alias “Tingui”, seria el secretario de Juan Rodas. Se encargaría de la guarda, fraccionamiento, preparación y comercialización de sustancias estupefacientes. Los pedidos serian requeridos directamente a Juan Javier Rodas Román alias Picholi, vía telefónica, quien re direccionaría estos pedidos al hoy imputado, a fin de que este los entregue. Se encargaría además de recibir el dinero producto de la comercialización de sustancias al menudeo para consecuentemente rendir cuentas de ello a Juan Javier Rodas Román alias Picholi.
Ronald Herminio Cantero Ibáñez: sería el testaferro de la organización criminal, a cuyo cargo se encontraría el arrendamiento de la vivienda utilizada para el depósito y resguardo de sustancias estupefacientes ubicada en el barrio Obrero, así como también la actual residencia utilizada por Juan Rodas en la zona de Zevallos Cué. En base al análisis de las comunicaciones mantenidas entre Ronald Cantero y Juan Rodas, se deduce que es habitual que Ronald realice dicha actividad, esto debido a que, de manera rápida y espontánea expresa que conseguirá el certificado de trabajo para poder celebrar la firma del contrato de alquiler por escribanía, y porque en otras interceptaciones telefónicas, mantenidas entre Armando Rotela y Juan Rodas, estos han hecho referencia a que la persona que ha arrendado la vivienda ubicada en el barrio obrero, es la misma, y que de manera habitual alquila para la organización.
Armando Javier Rotela Ayala, Vicente Ignacio Chase Lauseker, Carmen Carolina Ortiz Figueredo, Juana Isabel Cabrera Gonzalez, Fredy Magdaleno Perez Montiel, Carlos Damian Fernandez Gonzalez, Ronald Herminio Cantero Ibañez, Juan Javier Rodas Roman, Christian Mario Martínez Medina, como miembros de una organización creada con fines ilícitos, adquirieron importantes cantidades de sustancias estupefacientes (cocaína), las cuales, posteriormente, fueron enviadas a las penitenciarías nacionales y redistribuidas en la capital, departamento central y al rededores, mediante una red de Microtráfico a gran escala, con lo cual obtuvieron un provecho económico con el despliegue de estas actividades ilícitas. En el marco de todas estas actividades tendientes al tráfico de drogas, los acusados a su vez, tenían la facultad de disposición de gran cantidad de estupefacientes, dinero en efectivo, así como también armas de fuego las cuales eran proveídos a terceros para cometer otros hechos punibles; las cuales fueron halladas el día 10 de septiembre del 2021, en los diversos inmuebles allanados a raíz de las investigaciones y escuchas previas.
Armando Javier Rotela, presta directamente a la organización uno de los aportes logísticos de mayor relevancia, es el líder del grupo de personas unidas por un interés, denominada “Clan Rotela”, y utiliza a sus miembros como red de distribución, de las sustancias ilícitas, red de proveedores de armas de fuego para la función de sicariato y extorsionadores, utilizando su amplia experiencia, consolidando una estructura que hoy cuenta con miles de miembros dentro y fuera de las cárceles del país, en donde dirige las entregas a los miembros de la estructura criminal o en ocasiones según necesidad bajo la modalidad de delivery, y, según la investigación del Ministerio Público y la Policía Nacional, coordinaba y dirigía, al menos desde el mes de enero del 2.021, la distribución y comercialización de los estupefacientes y manejando el dinero proveniente de estas actividades ilegales, con lo que llegó a la conclusión de la existencia de un grupo criminal de alta peligrosidad cuya finalidad era la comercialización de cocaína.
Nota relacionada https://www.observador.com.py/guardiacarceles-entregan-drogas-armas-y-municiones-al-clan-rotela/
En otra publicación ampliaremos los sobre los hechos de sicariato, que según los investigadores se cometieron a pedido de Rotela.