El ídolo de San Lorenzo Néstor Ortigoza fue condenado a dos años y dos meses de prisión en suspenso por amenazar a un exempleado del club al que le reclamaba una deuda, hecho ocurrido en el 2015. También deberá evitar cualquier tipo de contacto con la víctima.
El expelotero de la Albirroja y emblemático futbolista del Ciclón de Argentina fue condenado hoy a dos años y dos meses de prisión «de ejecución condicional» por «amenazas coactivas» contra un exjefe de seguridad del plantel en 2015, según la sentencia emitida por el Juzgado Correccional 2 de los Tribunales de Morón, provincia de Buenos Aires.
«Yo un gil no soy. A mí me traés la plata como sea. Y vos sabés que conozco tu casa; ya hoy te caí. La próxima vez va a haber cachengue. Vos te confundiste (…). Conmigo no jugás; me quisiste cagar a mí, te salió mal la jugada. ¿Así que está asustada tu familia?…», dijo Ortigoza en su amenaza según consta en acta.
Mauricio Argañaraz, vecino de Ituzaingó, trabajó en San Lorenzo entre 2007 y 2010, y entre 2012 y 2015. «Se ocupaba de tareas de seguridad», detalla su defensa. Después de ganarse la confianza del plantel, los jugadores comenzaron a pedirle favores y todo tipo de trueques.
Para 2015, Ortigoza estaba en tratativas para vender su auto. El comprador sería otro jugador del plantel, Matías Catalán, pero como tenía deudas de patente, le encargó el trámite a Argañaras. Debía pagarlas.
El jugador recibió el dinero y cuando el empleado se acercó para darle el vuelto y el comprobante, el volante le habría dicho que se lo quedara, como agradecimiento por el favor.
Pero a los tres o cuatro meses de la transacción, el nuevo dueño del coche llamó a Ortigoza y le reclamó una deuda de patentes. Días después, Ortigoza le reclamó a Argañaras por una deuda de multas. El empleado se mantuvo en su postura: la orden que recibió fue la de pagar las patentes adeudadas.
El 15 de junio, cerca del mediodía, Ortigoza llegó a la puerta de la casa de Argañaras, en Ituzaingó. Se bajó de su auto. Lo acompañaba un joven, que se movía en moto. El jugador llamó al hombre y le avisó que estaba afuera.
«Devolveme los 20 mil pesos. Sacá un préstamo o lo que sea», le reclamó. «Quiero la plata, para mañana tiene que estar la plata», insistió y el hombre de la moto sacó un arma y empezó a los gritos. «Devolvele la plata». Ortigoza se sumó: «Si para mañana no está la plata, viene este guachín y te mete un tiro», y supuestamente se fueron juntos.
Las amenazas continuaron el día después. Por audios. «Yo tengo que pagar 50 lucas que me viene de multa. Vos buscaste esto. Yo con vos fui leal, vos me querés garcar. Yo no soy Mercier, yo no soy esos giles. Vos me chamuyaste…», le dijo, entre otras cosas, el jugador.
Los audios forman parte de la investigación. También hay imágenes del hecho, registradas por un comercio de la cuadra.
A los días de presentar la denuncia, San Lorenzo decidió echar al trabajador.
En su declaración ante el Tribunal, realizada a principios de septiembre, el futbolista había negado las amenazas, aunque sí había reconocido que fue hasta el domicilio de Argañaraz en la localidad de Ituzaingó para pedirle que le devolviera el dinero.
La Justicia determinó que Ortigoza amenazó a Mauricio Argañaraz, entonces jefe de seguridad del plantel profesional del «Ciclón» y a quien en teoría el jugador le había dado dinero para el pago de las patentes de su auto particular.
Pero no se pudo probar, a pesar de la denuncia de Argañaraz, la existencia de armas de fuego en la amenaza.
Ortigoza, además, deberá fijar residencia ante los Tribunales y «someterse al cuidado del Patronato de Liberados».
Fuente: Clarín y TN Deportes.