El Tribunal de Audiencia de Santa Rosa deberá definir cuál será la condena de las acusadas de homicidio doblemente agravado y abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal. El Ministerio Público Fiscal solicitó prisión perpetua para la madre del niño y su pareja.
Este 2 de febrero el Tribunal de Audiencias de Santa Rosa, en La Pampa, dará a conocer el veredicto del juicio por el homicidio de Lucio Dupuy, el niño asesinado a golpes en noviembre de 2021. Las acusadas del crimen son la madre de la víctima, Magdalena Espósito Valenti, y la pareja de la progenitora, Abigail Páez.
El Tribunal conformado por los jueces Alejandra Ongaro, Aníbal Olié y Daniel Sáez Zamora informarán si el fallo es condenatorio o absolutorio. En sus alegatos, el Ministerio Público Fiscal dio por probado que las dos imputadas “agredieron físicamente, en forma conjunta” a Lucio ocasionándole múltiples lesiones. Agregó que los daños le provocaron la muerte luego de un período de agonía.
De igual forma comunicó tras la última audiencia del juicio la Oficina de Comunicación Institucional del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de La Pampa, que “en la audiencia del 2 de febrero próximo no se fijará una pena. Para ello habrá una nueva audiencia en un plazo no mayor a los 15 días a partir de conocerse el fallo”.
Durante los 15 meses que Lucio estuvo con su madre y la novia fue sometido a constantes castigos. Uno de los golpes que le aplicaron la tarde que lo mataron fue una patada que causó una hemorragia importante en el hígado. Tan violenta fue la patada que dejó una marca en la zona lumbar. También sufrió mordeduras y quemaduras.
Además, se indicó en el informe que el pequeño tenía heridas de antigua data. Algunas de esas lesiones eran compatibles con abusos sexuales a los que el niño fue sometido el mismo día que lo mataron. En tanto que otras heridas habían cicatrizado.
Las acusadas “agredieron físicamente, en forma conjunta”, a Lucio entre las 17:30 y las 19:40 ocasionándole múltiples lesiones; mencionó la Fiscalía en su alegato y agregó que esas lesiones le provocaron la muerte luego de un período de agonía.
“En mis casi 30 años de profesión nunca vi algo así”, dijo el médico forense Juan Carlos Toulouse, profesional que hizo la operación de autopsia sobre el cuerpo de la víctima. Las dos acusadas, por medio de sus defensas, anunciaron que no estuvieron en la sala durante su testimonio.
Tras la muerte de Lucio se determinó que el niño había sido asistido al menos cinco veces en tres meses por politraumatismos en distintos centros asistenciales de La Pampa, aunque no había denuncias de profesional alguno al respecto, como así tampoco de las autoridades del jardín de infantes al que asistía.
La representante del Ministerio Público Fiscal acusó a Espósito Valenti de “abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de realización con acceso carnal vía anal con un objeto agravado por haber sido cometido por la ascendiente (progenitora), con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años y todo como delito continuado en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía”.
A Páez, pareja de la madre de Lucio, le imputó “abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de realización y con acceso carnal vía anal con un objeto agravado por haber sido cometido por la guardadora, con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años, todo como delito continuado, en concurso real con homicidio calificado por ensañamiento y alevosía”.
María Silvina Blanco Gómez, defensora oficial de Páez, afirmó que no existió un homicidio agravado sino un homicidio preterintencional, es decir que no existió dolo (intencionalidad) y que la imputada –que admitió haberle pegado a Lucio– no buscó el resultado muerte.
El defensor oficial Pablo De Biasi pidió la absolución de Espósito Valenti por ambos delitos. Aseguró que “en el lugar de los hechos hubo una persona y no dos” y descartó la coautoría del homicidio. “La única testigo fue Abigail”, acotó. También descartó cualquier responsabilidad de la madre por omisión. En forma subsidiaria planteó que, si fuera hallada culpable, sólo podría imputársele una conducta preterintencional.
Fuente: La Nación e Infobae.