La fiscal Zully Figueredo expuso los elementos por los cuales considera que debe aplicarse la pena de 3 años de cárcel por violencia familiar a César Agüero Cortese, hecho ocurrido en febrero de 2020 y que fue registrado tanto por cámaras de circuito cerrado como por una testigo.
La representante del Ministerio Público expuso ante el Tribunal de Sentencia, un relato pormenorizado de los hechos ocurridos en la tarde del 21 de febrero de 2020, que iniciaron en el interior del centro comercial y que continuaron en el estacionamiento.
Según la fiscal, Agüero increpa primeramente a su esposa quien se encontraba en una cafetería en compañía de otra persona y con un tono de orden le dice vamos de acá, esto no puede ser, “conduce hacia una parte que conecta con el estacionamiento de atrás del shopping y antes de llegar a la puerta la agarra a su esposa del cabello, le estira de manera disimulada estaba en un lugar público, la agarra de la zona cervical de la cabeza y con la otra mano la sujeta simulando un abrazo”.
Toda esta situación ya venía siendo observada por una testigo identificada como Diana Frutos, quien siguió a la pareja hasta el estacionamiento del subsuelo, dejando registro fílmico de las agresiones.
“Figueredo refirió al Tribunal, que al verse retratado en imagen, Agúero solicitó que deje de filmar y que él se encargaría de solucionar el problema, a su vez le decía despacio a la víctima pero con tono amenazado y con una mirada intimidante que siga caminando que él iba solo él iba hablar y marcar el camino a donde debía dirigirse”.
Un elemento llamativo descrito por la testigo fue el hecho de que el acusado sabía donde se encontraba el vehículo de su esposa, con el correr de la investigación se comprobó que el vehículo tenía un sistema de rastreo y micrófono, sin que su propietaria tome conocimiento de ello.
Para el Ministerio Público, la víctima sufrió una espiral de violencia física y verbal prácticamente en todo tiempo de convivencia en pareja con el acusado.
“La víctima mencionó que desde el inicio de la relación tuvieron problemas, su familia no estaba de acuerdo con que César sea pareja, el primer antecedente de violencia data de 2006, cuando estaba embarazada, le pegó por la cabeza porque invitó a su mamá a ver la ecografía, en 2015 la golpeó por otra discusión en la casa”
A esto se sumaban agresiones verbales permanentes, con palabras tales como que “su cuerpo no era atractivo o que no podía ir a ningún lado sin él o que todo lo que hacía, lo hacía mal”.
Posteriormente a la agresión de febrero de 2020, la mujer acudió a dos centros asistenciales para la atención de sus heridas, momento en que nuevamente contactada por el acusado quien le advierte que su causa no va prosperar en la justicia porque al ser masón tenía contactos de peso en esferas judiciales-
No obstante a pesar de estas amenazas y con el apoyo de su hija, se armó de valor para la denuncia correspondiente ante las instancias penales.
El pedido de pena privativa está sustentado en filmaciones, y principalmente de testificales de 3 personas, Diana Frutos, testigo principal, Juan Carlos Cárdenas y Ramón Gómez, personal de seguridad del Shopping del Sol, asignado a la verificación de las cámaras de seguridad.