Armando Javier Rotela Ayala, sería líder de un grupo criminal y estaría operando de manera continua, aún estando privado de su libertad, en el tráfico y comercialización de sustancias ilícitas, tanto dentro como fuera de la cárcel. En el interior de la penitenciaria, contaría con el apoyo de guardiacárceles o agentes penitenciarios, quienes facilitarían la introducción de sustancias estupefacientes, armas de fuego y municiones a cambio de beneficios económicos.
En ocasiones recibirían órdenes para no registrar los datos de ciertas visitas en los libros correspondientes o para que no se les realice la respectiva verificación corporal, a modo de facilitar la introducción de cualquier objeto prohibido.
El clan maneja la venta de drogas en las cárceles del país, en Asunción, Central y alrededores mediante una red de microtráfico a gran escala.
Los integrantes de la estructura criminal son utilizados para el sicariato y las extorsiones. El clan cuenta con miles de miembros dentro y fuera de las penitenciarías. El esquema se revela en la acusación de 172 páginas que presentó el fiscal Ysaac Ferreira contra Rotela y su clan por posesión y comercialización de drogas y otros hechos punibles.