Es evidente que el cuadro de magistrados del Poder Judicial debe ser depurado. “Jueces de mierda” como fueron calificados los que absolvieron al exfiscal general, Javier Díaz Verón y generosos con miembros de la banda de presuntos narcotraficantes, como Miguel Palacios, no pueden seguir en la administración de justicia.
Es imposible, que, con este tipo de jueces, la ciudadanía respalde el reajuste salarial de los magistrados, muchos de las cuales es gente honesta, que necesita y merece ganar más.
La ministra Carolina Llanes declaró a El Observador que el reajuste salarial de funcionarios y jueces es una deuda pendiente que se debe atender. Agregó que “aunque no parezca agradable para la ciudadanía pedir aumento salarial, en realidad es un reclamo justo”.
Es evidente que para la ciudadanía no va a resultar agradable el reajuste salarial para los magistrados, considerando los fallos que blanquean a “peces gordos” que usaron el cargo para enriquecerse, que benefician a políticos o miembros de bandas criminales.
Es necesario que la Corte tome medidas con relación a algunos operadores de justicia, que con sus decisiones desacreditan al Poder Judicial. Empero, los ministros, en muchos casos, como el de Palacios, hacen la vista gorda. Ni siquiera pese a reiteradas decisiones que fueron revocadas por la Cámara y fuertemente criticadas por sus miembros, los ministros no tomaron medida alguna con respecto al magistrado. Lo mismo se da en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, cuyos miembros, al parecer, fueron hablados para no ver las irregularidades cometidas por Palacios. Eso lo dice la Cámara de Apelación, en las resoluciones por las cuales revocó los arrestos domiciliarios dispuestos por el magistrado.
