Wilfrido Arce Cáceres, el pastor asesinado en la noche de este jueves en el Departamento de Amambay, figuraba como propietario de una de las casas de cambio allanadas por la Senad y la Fiscalía, en el marco del operativo Belia.
El fiscal Pablo Zorrilla señaló que una de las hipótesis del atentado es que Arce al ser propietario del comercio, manejaba información sensible que no querían que saliera a luz.
El pastor de la Iglesia del Cielo era dueño de dos franquicias de “Panorama Cambios SA” en Pedro Juan.
Arce Cáceres, pastor de esa iglesia, se disponía a ingresar al sitio en compañía de su familia cuando fue cercado por hombres fuertemente armados con potentes pistolas automáticas calibre 9 milímetros con alto poder de destrucción. Los desconocidos obligaron al pastor a acostarse boca abajo y, frente a los ojos de su familia, lo acribillaron.
Según se informó, los proyectiles llegaron a destrozar parte de la cabeza de Arce. Tras cometer la ejecución, los matones a “sueldo” abordaron un vehículo y se dieron a la fuga.
Asimismo, este viernes, la Policía de Amambay, durante un recorrido en la zona de Colonia República, halló un vehículo de la marca Nissan, totalmente calcinado que habría sido utilizado para el asesinato de Arce Cáceres.
El vehículo de cuatro puertas, totalmente calcinado, fue abandonado en una zona despoblada de camino de tierra y bastante intransitable.
El pastor evangélico fue asesinado a escasos 200 metros de la dependencia policial de Delitos Económicos.
Antecedentes
Wilfrido Arce Cáceres actualmente se dedicaba a predicar en ese centro evangélico pero contaba antecedentes penales, entre ellos narcotráfico.
En el 2009 el extinto pastor había sido capturado por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) con casi 400 kilos de cocaína. Por ese hecho, él mismo había sido condenado por la justicia ordinaria. En el 2012, el nombre de Wilfrido Arce volvió a ser noticia al ser acusado de haber ordenado la muerte de su cuñado, el suboficial Isidro Ramón González, muerto a tiros también en Jardín Aurora.
Tras compurgar su pena, Arce Cáceres abrió ese centro evangélico donde se desempeñaba como pastor. Tenía, además, una empresa de herrería y materiales para la construcción.