El juez Gustavo Amarilla autorizó la extracción de datos de cuatro teléfonos celulares incautados en el marco de la causa que investiga el envío de más de 600 kilos de cocaína a un puerto de Montevideo, Uruguay, a través de un contenedor con carne vacuna congelada, que fue adulterado.
Los dispositivos que serán objeto de la pericia pertenecen a Claudelino Román y Alcides González Galeano, quienes se encontraban en el depósito ubicado en Emboscada donde la droga habría sido plantada en el contenedor, y a Moises Cano, quien al momento del allanamiento se encontraba en la vivienda de Adelio Fretes García, principal imputado en esta causa.
Como puntos de pericia se estableció la búsqueda y extracción de datos de archivos entrantes; salientes; guardados; borrados; mensajes de voz mensajes de texto, así como de Whatsapp, Telegram, Line, Snapchat, Twitter, Facebook, emails, Instagram, Signal o cualquier otro tipo de aplicación que contenga intercambio de mensajes y/o de comunicación instalada en el teléfono celular al momento de su extracción cuyo contenido guarde relación con hechos punibles de tráfico, comercialización, tenencia de sustancias estupefacientes e intercambios de dinero.
También buscar y extraer datos del archivo de llamadas (perdidas, recibidas, marcadas y otros datos); agenda telefónica (números de contactos) y todos los demás datos relevantes para la investigación que puedan existir en el teléfono (fotos, aplicaciones, notas, videos, etc.) que guarden relación con los hechos.
En el marco de esta causa, derivada del operativo Amberes, están imputados Víctor Ramón Sanabria Oporto, Adelio Fretes García y Cándido Javier Fretes, principales sospechosos del envío de más de 600 kilos de cocaína a un puerto de Montevideo, Uruguay, por los hechos punibles de tráfico internacional, tenencia sin autorización, asociación criminal y comercialización de sustancias estupefacientes.
Los imputados habrían ocultado la droga dentro un contenedor cargado con carne vacuna congelada, exportado por la empresa “Beef Paraguay”, que tenía como destino final Rusia.
La adulteración del cargamento fue en un depósito ubicado en Emboscada, donde tras introducir la droga, el contenedor fue sellado con precintos clonados, para transportar finalmente al puerto Caacupemí de Zeballos Cue.